Jugar con la
educación es jugar con el futuro, la inviabilidad de privar de herramientas
educativas a las futuras generaciones es absoluta, se pueden prescindir de
muchas cosas en una sociedad moderna, pero ninguna de esas cosas incluyen la
formación personal, así como el desarrollo intelectual de las jóvenes mentes en
efervescencia. Asentados en pleno siglo XXI, nos encontramos con la triste
visión de que los peces gordos desean tirar años evolutivos a la borda y evocar
a las futuras promesas al más absoluto fracaso, pretenden oscurecer a las
consciencias activas para ocultar sus actos, al político no le interesa una
sociedad preparada para pensar por sí misma, eso incluye demasiados riesgos, lo
mejor es atascar la formación individual, para asegurarse severas distracciones,
mientras la parrilla televisiva se abarrota de telebasura, pues solo las
neuronas activas pueden entender sus entresijos, destinados a beneficio
personal y enriquecer sus grandes cuentas en paraísos fiscales. No se puede
consentir un ataque directo y tan vulgar hacia la educación y sus respectivos
docentes, personas dedicadas en cuerpo y alma al servicio de la cultura, a
transmitir un afán intelectual incansable a futuras generaciones que vienen
pisando fuerte, una vocación ardiente en sus corazones, mas allá de las
remuneraciones y del ritmo de la sociedad en general, maestros que desde jóvenes
sabían cuál era el camino a seguir y que ahora ven truncado de forma drástica por
cocodrilos con corbata, devoradores de sueños y de emociones, traficantes de
promesas incumplidas que carecen de sentimientos e incluso pensamientos
propios. Es un derecho universal
arrebatado e hipotecado por ladrones de almas, tan incapaces de auto gestionar
los recursos cedidos por el pueblo , que una vez agotados no dudan en suprimir necesidades
fundamentales para recuperarlos y volver a agotarlos, una ineficiencia propia
de inútiles carentes de humanidad y raciocinio,
que no se puede consentir mucho tiempo más. La política existe desde
tiempos clásicos, pero la educación también, quien defienda la existencia de
una, no puede negar la existencia de la otra, los docentes viven para enseñar y
los políticos viven para engañar, son dos conceptos tan contrapuestos que no deberían
ni convivir juntos, sin embargo están condenados a entenderse. Animo a todos
los profesionales dedicados al bello arte de la docencia a que no se rindan,
nunca dejen morir su vocación, nunca se rindan ante el intratable yugo de los
incautos traficantes de vidas, a los cuales elegimos para representarnos y acto
seguido nos hacen arrepentirnos de todos nuestros actos, darse por vencido no es el camino más corto ni fácil, solo es
el camino que ellos pretenden que sigáis, el camino que han construido a base
de desmotivaciones, recortes y mentiras, un camino que se puede evitar, para
comenzar a crear uno nuevo y fortalecer alternativas de futuro, un futuro para
disfrutar con educación, cultura y con la luz de la inteligencia, como faro a
seguir en el transcurso de nuestras vidas, para que nunca puedan controlar
nuestra mente y seamos los propios dueños de nuestra vida. ¡ÁNIMO!
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