Siempre se ha dicho que la historia la escriben los
vencedores, es una afirmación muy acertada, la historia se reescribe
constantemente, primero se dan unos pasos y luego se cruzan los pies para dar
otros, en un primer momento, al mundo no le importaba en absoluto lo que ocurría
en Alemania allá por el año 1933, de hecho, lejos de horrorizarse o preocuparse
por la situación, Adolf Hitler estuvo nominado al premio nobel de la paz antes
de su invasión a Polonia, por aquel entonces, la historia se reescribía de una
manera tajante, en cuestión de pocos años, cuando los nazis derrotados y
moribundos, aprovecharon para desgranar las maldades de los campos de
concentración y del horror del exterminio nacional socialista, hasta la
invasión de Polonia, los nazis no importaban, da igual lo que ocurriese en
Alemania, nadie se escandalizaba, pero fue con la victoria aliada cuando habría
que ensalzar el valor, coraje y valores de los buenos, frente a la tiranía y
holocausto de los malos. Desgraciadamente, la historia parece no enseñar nada,
no indica el camino a los incautos que prosiguen el camino que sus abuelos
hicieron un día, actualmente el sentimiento de indefensión es aún mayor,
curiosamente contando con organismos internacionales de protección, como pueden
ser la ONU y la OTAN, dichas organizaciones han demostrado y demuestran ser tan
ineficaces e ineptas, que el sentimiento de peligro e indefensión constante se
ha vuelto más agresivo, a medida que sus reuniones a lo largo de los años han
sido infructuosas, las únicas decisiones importantes y contundentes fueron
tomadas en base al petróleo y bienes naturales de importante adquisición para
los Aliados, las únicas incursiones autorizadas, solo han tenido como objetivo
un interés monetario para los países miembros, nunca éticos y en torno a la
seguridad mundial, objetivo primordial y fundacional del organismo más grande y
poderoso del mundo, organismo que ha demostrado ser igual o menos eficaz que su
antecesor, la mal aventurada Sociedad de Naciones. Actualmente existe un peligro
aun mayor que aquella Alemania Nazi que nadie tenía intención de atacar antes
de su invasión de Polonia, dicho peligro se presenta en forma de régimen brutalmente
hermético, una amenaza sectaria que trata a su pueblo como autentico ganado,
por y para la guerra, por el bien del ejército y por la victoria de las ideas
creadas por un loco en 1948, un loco líder supremo intocable e intachable que
se encargó de extender la locura en todo su país y dejar un legado bien marcado
por la desinformación y las duras represalias a sus detractores. Corea del
Norte, presenta una amenaza mil veces superior a lo que cualquier peligro ha
presentado jamás, disponen de un millón de efectivos en su ejército, bien preparado,
debido a que la mayoría de su PIB va destinado para tal efecto, de hecho el
lema del país lo deja bien claro, “el ejército primero”, mientras la población
sufre hambrunas, enfermedades, falta de asistencia y un bloqueo de comercio internacional.
Disponen de campos de concentración bien organizados, recientemente
documentados con imágenes mediante satélites, campos de exterminio y genocidio más
extensos y numerosos de los que nadie podía imaginar, zonas donde los opositores
del régimen se apilan como ganado y se ejecutan sin ningún reparo, todo ante el
conocimiento y ojos del mundo entero. Enriquecen Uranio y generan energía nuclear
para fines bélicos, con constantes amenazas hacia occidente y remodelando sus
diseños para crear artefactos de guerra más eficaces, pequeños y contundentes. ¿Qué
hace el resto del mundo mientras tanto?, observar e ignorar, organizan
reuniones de urgencia para tratar cada provocación o amenaza, imponen sanciones
inservibles, condenan verbalmente cada movimiento y acto seguido continúan con
sus apretadas agendas de comidas y recepciones, todo ello mientras el mundo
entero teme un ataque de locura coreano. La historia, se encuentra en un punto
latente, en estos momentos no pasa absolutamente nada por el hecho de que Corea
del Norte posea campos de exterminio, no pasa nada ante el hecho de que su
población esté siendo masacrada, maltratada o muera de hambre, no pasa nada
cuando un loco con un arsenal militar inimaginable amenaza la estabilidad
mundial, será cuando ese loco decida la invasión de su vecino del sur o cuando
decida atacar a su enemigo occidental, cuando todos se pondrán las manos en sus
cabezas, será cuando decidan intervenir y si finalmente resultan victoriosos, será
el momento de transcribir la historia latente, será hora de poner en los libros
como los valientes y bravos Aliados plantaron cara a los perversos coreanos y
en un alarde de fulgor liberaron al mundo de la amenaza presentada, será el
momento en que salgan fotos de sus campos de concentración y como sus
salvadores registran cada palmo de tierra en busca de enemigos, la pasividad
actual quedará relegada a un segundo plano casi inexistente y las futuras
generaciones, sabrán mediante sus sabios libros de historia, que las naciones
unidas dieron un paso adelante contra el mal y liberaron al mundo de sus
miedos, pero los que vivimos en el punto intermedio de la historia siempre
recordaremos que las naciones estaban acongojadas, intimidadas y desmotivadas
ante la idea de actuar ante un enemigo de tal magnitud y de sus posibles consecuencias,
al igual que las personas que puedan quedar vivas del 33, recordarán siempre
como un tal Hitler no suponía ninguna amenaza, a pesar de sus acciones
represivas y violentas dentro de Alemania y de cómo el mundo permaneció en
silencio y no hizo absolutamente nada, hasta el día en el que el perro decidió
morder y el amo sintió dolor. La historia la escriben los ganadores, ¿Qué nos
deparará la historia futura?
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